Por Angel Rodríguez Rivera
Profesor de sociología UPR Cayey
Expresidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios
Durante los días 23, 24, 25 y 26 de octubre del 2023, la docencia de Universidad de Puerto Rico, tuvo la oportunidad de decidir si querían que la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) fuera su representante exclusivo como sindicato. Miles aprovecharon esa oportunidad histórica y, contundentemente, decidieron que la docencia universitaria necesita negociar colectivamente. El 27 de octubre la Junta de Relaciones del Trabajo certificó que el 97 % de ese cuerpo afirmó que quieren un sindicato. La mayoría casi absoluta de las profesoras y profesores de UPR determinó que es tiempo de negociar, en condiciones de igualdad, un convenio colectivo que le permita mejorar sus condiciones de trabajo.
El proceso que se dio la semana pasada tienen su génesis en la fundación de la APPU. Más de seis décadas atrás, la docencia de la UPR tuvo el sueño de organizarse para defender sus derechos, mejorar condiciones de trabajo y, por consiguiente, defender la UPR como proyecto de país. Ese sueño, con mucho sudor, dejó de serlo y se convirtió en una meta viva, alcanzable, necesaria. Ya no es una meta. El sueño de los Meléndez, las Diana Rivera, los Arcadio Díaz Quiñones, los Lorenzo Homar, se convirtió en la realidad de miles de docentes de la institución que han visto como se sigue deteriorando, desmantelando y privatizando la UPR, al tiempo que siguen empeorando sus condiciones de trabajo. La docencia dijo basta.
Hoy miles de trabajadoras de la educación universitaria se suman a cientos de miles de profesores en universidades de los Estados Unidos, Europa y América Latina que hablan al unísono como sector. Se suman, dándole fuerza, a un movimiento sindical que ha estado golpeado por el neoliberalismo y sus políticas de austeridad y eliminación de derechos laborales. Hoy la docencia del sistema público de educación universitaria se toma de la mano en señal de militancia, lucha y solidaridad a otros sectores universitarios que ya se sientan a negociar sus condiciones de trabajo con la gerencia universitaria. Hoy la universidad es más fuerte y democrática.
Sin embargo, el proceso solo comienza. La lucha es larga y continua. ¿Qué le corresponde a la docencia ahora? Es momento de solidificarse como ente democrático y militante. Corresponde levantar la voz junto a la docencia desplazada para exigir la apertura de plazas en la UPR. Exigir que la remuneración recibida por trabajar en la universidad de mayor prestigio en Puerto Rico no les mantenga en condiciones de pobreza. Las profesoras y profesores de la institución llevan más de una década sin recibir aumento de salario. Los derechos adquiridos han sido diezmados. Corresponde recuperar la dignidad del trabajo docente a través de la negociación colectiva. Esto defiende la matrícula de la organización y se recupera la misión de la universidad.
Sobre todas las cosas, la APPU ahora tiene la responsabilidad histórica de unirse al resto de la clase trabajadora organizada en Puerto Rico. La docencia dejó claro que son parte de esos sectores. El triunfo de la docencia universitaria tiene que traducirse en fortaleza para el resto del país. El sueño de una universidad, accesible, democrática y de calidad sustituye al de sueño de tener un sindicato. La organización sindical se convierte en el vehículo para que la universidad democrática, accesible y de calidad pase de sueño a meta y de meta alcanzable a realidad social. El proceso solo comienza.
Ángel Rodríguez Rivera es profesor de sociología UPR Cayey, y fue presidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) hasta 2023.
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