Por Manuel Rodríguez Banchs, Jorge Lefevre Tavárez y Javier Córdova
1. Distintas organizaciones a favor de la independencia, la soberanía o la libre asociación han convocado a una marcha bajo el nombre “NO a la estadidad, SÍ a la descolonización”, a celebrarse el domingo, 12 de septiembre. La Declaración de esta actividad afirma que su propósito es “expresar de múltiples formas posibles, que Puerto Rico es una Nación, nuestro compromiso con un verdadero proceso de Descolonización y un rotundo rechazo a la anexión definitiva o estadidad federada”.
2. No es la primera vez que convergen sectores que favorecen la “descolonización” y se oponen a la estadidad. Su historial ha tendido a ser perjudicial para la lucha de clases y la lucha socialista en Puerto Rico, fortaleciendo, al contrario, las alianzas de clases dentro de la bandera (bien intencionada pero mal concebida) de la lucha por la liberación nacional. En el pasado, los llamados amplios “en contra” de la estadidad o de los movimientos estadistas han servido para fortalecer al Partido Popular Democrático más que para favorecer la lucha por la independencia o por la descolonización. El ejemplo inicial de este fenómeno, y todavía el más impactante, fue la campaña “Todos contra Romero”, lanzada en el 1980, que vino a debilitar la candidatura a la gobernación de Luis Lausell bajo el Partido Socialista Puertorriqueño y en gran medida caracterizó el porvenir del PSP: su giro cada vez más marcado hacia el nacionalismo y hacia la búsqueda de alianzas con sectores soberanistas del PPD, mientras la lucha de clases se volvía una consigna secundaria u olvidada. Estos llamados amplios han terminado por diluir el programa político de organizaciones que, en aras de establecer alianzas, dejaron a un lado el principio de la independencia política de la clase trabajadora.
3. Por eso, no sorprende la participación de figuras destacadas provenientes del PPD en esta marcha, incluyendo al ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá y a toda una serie de políticos y ex legisladores que, en mayor o menor grado, se han visto involucrados en la implantación de medidas neoliberales en Puerto Rico en las últimas dos décadas. Se encuentran aquí, también, organizaciones que en el pasado han apoyado al PPD o a candidatos particulares en las elecciones.
4. Por otro lado, hay algunos elementos que distinguen esta convocatoria de los llamados amplios a favor de la descolonización. En primer lugar, hay que destacar el descalabro en el que se encuentra el Partido Popular Democrático. Sería difícil pensar que una participación amplia en esta marcha sea capaz de revivir incluso figuras particulares del partido. Su capacidad de cooptación de luchas y demandas sociales se encuentra casi extinta.
5. Además, esta marcha cuenta con el apoyo del Partido Independentista Puertorriqueño. Sabemos que el PIP históricamente se ha opuesto a estos llamados amplios a favor de la descolonización, precisamente porque reconoce que han servido como espacios en los que el PPD coopta sectores independentistas.
6. Pero también tenemos que preguntarnos cuál es el propósito, cuáles son los objetivos de esta marcha, más allá de lo que nos dice la Declaración. En la actualidad, las personas que favorecen la independencia, la soberanía o la libre asociación todavía no conforman una mayoría. Nosotros entendemos que la lucha descolonizadora no se gana “descartando” jurídicamente a las demás opciones, sino convenciendo a la mayor cantidad de personas que la independencia es la herramienta más adecuada para lograr el país que queremos. Esta marcha, ¿ayudará al movimiento independentista a crecer? ¿Apela a esos sectores estadistas o indecisos? Es difícil imaginarlo. Esto significa que si un propósito es aumentar el apoyo al reclamo por la descolonización, la marcha no logrará el objetivo.
7. Además, dado que la marcha se enfoca, más que en promover la independencia (o libre asociación, o soberanía), en derrotar la estadidad, hasta cierto punto se presenta como un retroceso con respecto a uno de los procesos “formales” de descolonización que se han impulsado desde hace varias décadas: la Asamblea Constitucional de Estatus. La propuesta clásica de una ACE es la de un mecanismo que puede ser impulsada por personas que favorecen distintas opciones de estatus, aunque históricamente solo ha sido impulsada por los sectores independentistas, soberanistas y libreasocianistas hasta muy reciente. En el momento en el que hay un cambio en sectores estadistas que, rompiendo lazos con el Partido Nuevo Progresista, apoyan ahora la ACE y están dispuestos a trabajar a favor de ese mecanismo, esta marcha busca excluirlos de estos procesos formales. Aunque la ACE sea un mecanismo institucional que no tendría éxito sin importantes movilizaciones – la verdadera herramienta descolonizadora – la retórica de la marcha vuelve a retraernos a un momento previo en la lucha formal descolonizadora.
8. A eso hay que añadirle que el conjunto de categorías descolonizadoras que sí se aceptan en esta marcha es bastante heterogéneo, y no necesariamente impliquen, tampoco, una ruptura con el colonialismo. Nuestra organización, por ejemplo, favorece la independencia como parte de una lucha descolonizadora antiimperialista, que entendemos que solo puede adelantarse si se agudiza la lucha de clases en Puerto Rico y si la clase obrera reconoce que la manera más adecuada de adelantar sus intereses en la isla es a través de una república independiente. Pero entendemos que muchas de las versiones de soberanía o libre asociación que se impulsan en este conjunto son meramente una nueva versión de la autonomía dentro de la colonia que ha venido a caracterizar a la política de los Estados Unidos hacia Puerto Rico. ¿Soberanía o libre asociación con el dólar y pasaporte americano? Estas opciones son una manifestación distinta del colonialismo en Puerto Rico, una manifestación ya no anexionista sino autonomista del problema colonial, pero son una manifestación tan colonial como aquella que favorece la estadidad. Entonces, ¿bajo qué razón nos unimos con estas otras visiones? ¿Únicamente porque se oponen a la estadidad, aunque cargan consigo lógicas coloniales?
9. Como socialistas, lo más que nos preocupa de esta convocatoria es que se diluya el necesario contenido de clase de la lucha por la independencia. La declaración de la marcha está evidentemente plagada de una retórica nacionalista y legalista del problema del colonialismo; reduce la descolonización a la defensa de la “Nación” o “Nación Boricua”, del “español”, del “Pueblo”, es decir, de las abstracciones a las que estamos acostumbrados y acostumbradas a escuchar de estos sectores y que no han logrado fortalecer la lucha descolonizadora en décadas. La descolonización carece aquí, por completo, de un programa de país, de un programa económico, de una alternativa concreta que pueda atraer a distintos sectores a apoyarla. Carece, también, de una clase social que la impulse. La “alianza” con sectores neoliberales y patronales del PPD, más que fortalecer la lucha descolonizadora, solo la relaciona con figuras desprestigiadas de la política puertorriqueña, y hará que aquellas personas que todavía no favorezcan la independencia sospechen – con razón – del tipo de país que se propone.
10. Sin embargo, tampoco podemos perder de vista lo que significaría una movilización contundente de estos sectores a favor de la descolonización para los ojos del gobierno de Estados Unidos y de la Junta de Control Fiscal. ¿Dónde quedaría el reclamo a favor de la estadidad, cuyos portavoces principales -casi exclusivamente partidarios del PNP- lo han convertido en un movimiento para lucrar a cabilderos, para comprar -ciclo electoral tras ciclo electoral- figuras que apoyen su proyecto en el Congreso de Estados Unidos? ¿Qué significaría para un Partido Nuevo Progresista diezmado una participación nutrida de esta actividad? ¿Cómo se interpretaría esta marcha por algunos de los sectores que representan el gobierno de los Estados Unidos en Puerto Rico? De ser una convocatoria exitosa, no deberían subestimarse sus efectos en sectores del gobierno tanto colonial como el imperial. Y, desde esta perspectiva, hay que analizar con seriedad esta actividad. Pero, dada la situación descrita, es difícil imaginar una movilización contundente.
11. Por las razones indicadas anteriormente, no estaremos participando de la Marcha “NO a la estadidad, SÍ a la descolonización”, e impulsaremos al interior de nuestra organización la línea establecida en este escrito.
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Los autores son miembros de Democracia Socialista de Puerto Rico.
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