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"Mujer" (1974) y "Por qué el día 8 de marzo" (1976)

Por Mujer Intégrate Ahora (MIA)


Nota editorial de momento crítico:


En esta cuarta entrega de la serie conmemorativa del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, compartimos dos documentos históricos de las primeras celebraciones en Puerto Rico. Se trata de los comunicados de prensa sobre el 8M de la organización feminista Mujer Intégrate Ahora (MIA) de 1974 y 1976 [1]. Como nos recuerda Ana Irma Rivera Lassén, la actividad convocada en 1974 fue la primera celebración del 8M en Puerto Rico llevada a cabo por una organización feminista, no partidista, y a partir de entonces se ha celebrado ininterrumpidamente por 50 años. En 1972, el Frente Femenino del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) realizó también una primera celebración. [2]


MIA se formó en 1972 y se centraba, entre otras cosas, en la lucha por la igualdad (salarios, educación, derechos), así como en la autonomía y la emancipación sexual y reproductiva de las mujeres. Algunas de sus integrantes fueron Ana Irma Rivera Lassén, Elizabeth Viverito Escobar, Alma Méndez Ríos, Nilda Aponte Lebrón, Maritza Durán Alméstica, María Genoveva Rodríguez, Margarita Babb y Ronnie Lovler. Fueron pioneras en la lucha por la legalidad del aborto y la despenalización de la prostitución. Su conmemoración del 8M de 1974 buscaba ilustrar las limitaciones que las mujeres enfrentan en la sociedad patriarcal a través del cuestionamiento de los roles de género tradicionales. En 1976, ampliaron sus denuncias a las políticas gubernamentales de esterilización a las que fueron sometidas las mujeres puertorriqueñas y la defensa de los derechos sexuales y reproductivos.


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"Mujer"

MIA, Comunicado de Prensa 8 de marzo de 1974


Se le ha enseñado a jugar con muñecas, pero también juega fútbol y béisbol. Ha sido criada para ser esposa y madre, pero también puede ser doctora, dentista, música o policía. Ella puede hacer y ser lo que quiera.


Ese es el tema de la primera exposición de diapositivas sobre la mujer puertorriqueña que se presentará el viernes en Plaza las Américas en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. La exposición fue montada por mujeres con el auspicio de Mujer Intégrate Ahora, (MIA), una organización feminista local. El propósito es, además de mostrar a la mujer

puertorriqueña como es y ha sido, también y más importante, mostrar lo que puede ser cuando decide liberarse.


La presentación comienza con una historia corta sobre la mujer tradicional -desde la niñez y adolescencia hasta el día de su boda y luego cuando se convierte en madre y abuela. Continúa mostrándola como el objetivo principal y la víctima de la sociedad de consumo, en su búsqueda vana por la juventud y la belleza. Esta es la mujer tradicional, limitada por las definiciones sociales de lo que significa ser mujer.


La exposición avanza para enseñar que hay mujeres puertorriqueñas que han optado por más, muestra a esas mujeres como estudiantes, trabajadoras, artistas y profesionales. Ella ha estado en la línea de piquetes, en la fábrica, en la oficina, en el hospital, en el salón de clases, detrás de un micrófono, dirigiendo una reunión, en la legislatura y más.


Son mujeres también las que están a cargo de la exposición. Las diapositivas se

tomaron por mujeres, quienes, con una o dos excepciones, no son fotógrafas profesionales. El trabajo de edición, la selección de la música, el libreto y la publicidad fueron todas hechas por mujeres, quienes, más allá de su participación voluntaria en la presentación, son estudiantes, amas de casa, administradoras, periodistas, artistas y doctoras.


La fecha del 8 de marzo se seleccionó por MIA, no sólo como un gesto de solidaridad con la mujer puertorriqueña, sino con todas las mujeres del mundo. En 1908, en este día, las mujeres obreras del bajo Manhattan se lanzaron a las calles en protesta de su propia explotación y la de sus niños y niñas. Demandaron mejores condiciones de trabajo, poner fin al trabajo infantil, una jornada de trabajo más corta y mejores salarios.


Su causa, y la causa de todas las mujeres, fue reconocida por Clara Zetkin, una delegada alemana al Congreso de la Internacional Socialista en Copenhagen en 1910. Zetkin le pidió al Congreso que honrara a estas mujeres proclamando el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. La moción se aprobó unánimemente.


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"Por qué el día 8 de marzo"

MIA, Comunicado de Prensa 8 de marzo de 1976


Hace exactamente 68 años, un grupo de mujeres obreras estaban hastiadas y muchas enfermas como resultado de unas condiciones de trabajo pésimas e insalubres en el Barrio Bajo de Manhattan donde se hacinaba un conglomerado de fábricas en el ambiente de la época de pre-guerra. Las mujeres obreras que componían la mayor parte de la empleomanía fabril de la época, se hallaban en áreas hacinadas, de poca ventilación, 14 y 16 horas de pie, muchas de ellas enfermas por las condiciones insalubres y pésimas del trabajo, todo a cambio de sueldos miserables.


Cansadas y rebeldes ante esta situación, miles de mujeres se lanzaron a la calle el 8 de marzo de 1908 en una demostración masiva de protesta por las condiciones de trabajo, demandando leyes de salario mínimo y el derecho de la mujer al voto.


Dos años más tarde, Clara Zetkin, líder del Partido Social Demócrata Alemán, reconociendo la importancia del gesto de las obreras de Manhattan, presentó una resolución ante el Congreso de Mujeres de la Internacional Socialista para que se adoptara el día 8 de marzo de cada año como Día Internacional de la Mujer. La resolución fue aprobada por unanimidad y se indica que un millón de mujeres participaron en la primera celebración del Día Internacional de la Mujer en 1911, bajo el liderato de Clara Zetkin.


Desde entonces la fecha se celebra mundialmente, para dar mérito y recordar la gesta de nuestras hermanas obreras y para dar ejemplo a las trabajadoras y mujeres del mundo que continúen luchando por sus derechos.


MIA, una agrupación que aboga por los derechos de la mujer, defiende el derecho fundamental de ésta a controlar su propio cuerpo, y por ende, su vida reproductiva. Para ello, MIA ha respaldado el que la mujer tenga amplio acceso al uso de anticonceptivos que ella prefiera y otros métodos alternos de control de natalidad, como el hacerse un aborto cuando ella lo desee.


Creemos sin embargo, que el llamado programa de planificación familiar ha discriminado contra la mujer y la ha utilizado como objeto. Notamos que desde que el Gobierno hiciera oficial su política respecto al control poblacional, las mujeres puertorriqueñas fueron utilizadas como conejillos de indias para experimentos con métodos anticonceptivos, especialmente la píldora.


También sabemos que sin ser un programa oficial del gobierno "inexplicablemente" una tercera parte de las mujeres puertorriqueñas entre las edades de 15 a 49 años, han sido esterilizadas. Un estudio publicado por la Universidad de Colombia (véase Harriet B. Presser, Esterilización voluntaria: una visión mundial, 1970) califica este fenómeno como único en la historia. También indica este estudio que casi la totalidad de estas operaciones, por lo menos hasta 1965, no se hacían por motivos anticonceptivos, sino por razones declaradas como "terapéuticas". Es nuestra opinión que estos datos corroboran información anecdótica donde la esterilización se hacía muchas veces bajo recomendación del médico sin que la mujer estuviera consciente del porqué de tal decisión y de la necesidad de la misma.


Por considerarlo una conveniencia política el Gobierno no adoptó oficialmente las prácticas de la esterilización y la distribución de anticonceptivos en el pasado (hasta 1969) y demostró una amplia liberalidad en tolerar y apoyar ambas prácticas. Al mismo tiempo, el gobierno ha mantenido una intransigencia casi irracional en lo que respecta a la práctica del aborto para no ofender a los jerarcas religiosos, principalmente católicos.


Procederemos ahora a enumerar las formas en que el gobierno y las prácticas de otras instituciones, como la profesión médica, han utilizado a la mujer en el desarrollo de un desacertado programa de planificación familiar. En primer lugar, los programas de contracepción han sido dirigidos exclusivamente a las mujeres. Se ha dejado caer sobre nosotras la responsabilidad única de controlar la población a través de la esterilización femenina en masa y a través del uso de anticonceptivos de uso femenino exclusivamente.


En segundo lugar, el acceso a información sobre anticonceptivos y el uso de estos artículos ha sido limitado a un sector de la población femenina. Hemos encontrado un gran número de mujeres casi totalmente ignorantes sobre el uso de contraceptivos y angustiadas al no saber qué hacer o a dónde recurrir. Este fenómeno se palpa mayormente en la juventud. Como ejemplo de la negligencia en hacer asequible estos servicios mencionamos las universidades donde nada se ha hecho al respecto sobre educar al estudiantado y proveer anticonceptivos al que los solicite.


Además de discriminar contra la juventud, los proyectos de planificación familiar han discriminado contra las personas solteras o que están fuera de una unión matrimonial. El llamado programa de esterilización voluntaria también ha sido limitado a mujeres, en primera instancia. En segundo lugar, ha sido limitado a mujeres que tuvieran el consentimiento firmado de sus esposos y a mujeres mayores de 26 años que tuvieran cuatro hijos (antes eran tres).


En resumen, lo anteriormente expuesto apunta a una falla en no reconocer el derecho de la mujer a controlar su cuerpo. Ahora que el gobierno decide intensificar el programa para reducir el crecimiento poblacional, la administración de nuevo vuelve sus ojos hacia la mujer y hasta exalta dicho proyecto como "un paso hacia la liberación femenina" en un esfuerzo por atraer un sector de la población.


Queremos alertar a las mujeres que un programa de planificación familiar que continúa viendo a la mujer como un mero vehículo de controlar la población es un programa que conceptúa a la mujer como objeto sexual, que es todo lo contrario a lo que persigue la liberación femenina.


Hasta que ese programa no se encamine efectivamente hacia una educación cabal de ambos sexos sobre sus derechos y responsabilidades en materia de procreación, hasta que no se encamine hacia un acceso universal de jóvenes y hombres, al igual que las mujeres, al uso de anticonceptivos, y hasta que no se encamine hacia eliminar las restricciones del aborto, es cuestionable que este programa esté contribuyendo a la formación de una sociedad sin estereotipos sexuales, que es el objetivo de la liberación femenina. Esto, dicho sea de paso, debe ser el objetivo de toda persona que crea en la liberación humana.


Por otro lado, queremos llamar la atención a que los problemas de desempleo, la calidad baja en nuestro sistema de instrucción pública, la falta de vivienda y otras deficiencias en los servicios públicos, no pueden ser achacados únicamente al crecimiento desproporcional de nuestros habitantes, como quieren hacer ver algunos oficiales del Gobierno.


Notamos que por ejemplo, el Gobierno no ha agotado todos los recursos para planificar la educación de manera que los puertorriqueños puedan suplir la mano de obra requerida para nuestra industrialización. Notamos que la industrialización ha sido tan mal planificada que ha desplazado la agricultura y a su vez un número de trabajadores agrícolas que se han visto obligados a emigrar. Notamos también que el gobierno ha tolerado un crecimiento desproporcional de las áreas urbanas robándole al país de miles de cuerdas en tierra cultivable, que es uno de nuestros recursos principales después de nuestra gente.


La ineficiencia y falta de planificación del gobierno en diversas áreas y la falta de control político sobre la entrada de extranjeros adiestrados o no adiestrados que han desplazado miles de puertorriqueños ha hecho más alarmante el aumento poblacional. En este contexto la explosión poblacional saca a relucir las consecuencias de la mala administración que hemos venido arrastrando.


Aunque el gobierno indique ahora que está implementando un programa de educación sexual y ampliando los programas de control de natalidad para atraer al sector masculino, creemos necesario alertar a las mujeres que las intenciones del estado hasta el momento no han sido para defender los derechos de la mujer, sino más bien de utilizarlas para sus conveniencias políticas. Por lo tanto, la verdadera defensa de las mujeres está en ellas mismas tomar el control de su educación sexual y por consiguiente el control sobre su cuerpo y vida reproductiva.


Mientras tanto, MIA está buscando las formas de ayudar a las mujeres en esta tarea. Próximamente, esperamos lanzar material educativo que ayude a orientar a la mujer sobre cómo hacer valer sus derechos en el área donde ésta es reducida, por mitos y prejuicios milenarios, a la función reproductiva.


Este condicionamiento es lo que sabemos ha impedido a la mujer en el desarrollo de todas sus capacidades individuales como ser humano y ha limitado su participación a un segundo lugar en la sociedad.


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[1] Comunicados de MIA publicados en: Ana Irma Rivera Lassén y Elizabeth Crespo Kebler, Documentos del feminismo en Puerto Rico: Facsímiles de la historia (1970-1979), San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2001. También en la sección de documentos de MIA del repositorio digital Documentos de los feminismos en Puerto Rico. Activimos nacionales y globales de las autoras.



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