Cristina E. Trejo López
El día de inicio de clases del segundo semestre en el recinto de Río Piedras, este pasado martes 21 de enero de 2025, se caracterizó por una demostración de iniciativa y lucha estudiantil.
El llamado a este piquete se hizo a consecuencia de una carta a los rectores, el documento R-2425-17, redactada por el presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Luis A. Ferrao, que propone detener la admisión a 64 programas académicos para el año 2025-2026, iniciando así el proceso de análisis que podría llevar a su cierre. Entre los 15 programas de Río Piedras en riesgo, las facultades de Educación y Humanidades serían las que se verían más afectadas.
Según esta, es a causa de baja matrícula, pero los números que utiliza Ferrao para respaldar su decisión han sido cuestionados por múltiples sectores.
El comunicado de prensa de La Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) dice lo siguiente: "La propuesta de Ferrao adolece de una discusión seria al interior de la comunidad universitaria y parte de un análisis superficial y parcial que no toma en cuenta elementos como la cantidad de estudiantes que se reclasifican a los programas, o el éxito de estos programas a la hora de graduar estudiantes. Además, asume que la comunidad universitaria es ingenua cuando alega que él NO está hablando del cierre de programas cuando el primer paso en poner en moratoria y cerrar un programa académico es detener las admisiones estudiantiles [...]”.
Esto ya de por sí es razón de alarma, pero la evasión de los procesos legales ya establecidos para hacer este tipo de decisión, junto con la falta de notificación a las facultades, hacen de esta injusticia una descarada demostración de que se pretende que la UPR se rija por intereses económicos en vez de por lo que sería mejor para lo universidad y sus miembros.
A pesar de la importancia del documento, la comunidad universitaria se enteró de su existencia solo porque se filtró. Según se fue difundiendo por las redes, algunas organizaciones estudiantiles y políticas fueron redactando boletines, expresiones y comunicados de prensa como parte de la movilización en contra de la carta. Organizaciones como el Comité del Festival Antonia, la Asociación de Estudiantes Historiadorxs, la Juventud Ecosocialiste de Democracia Socialista, entre otros, tomaron iniciativa.
Con la convocatoria a un piquete y pleno estudiantil para el martes 21, era cuestión de esperar a ver cómo transcurriría todo esto cuando reiniciaran las clases.
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El piquete comenzó bajo el techo del Centro de Estudiantes mientras la lluvia parecía atentar contra la asistencia. Lo primero que me sorprendió fue la intensidad de los estudiantes, dedicados y llenos de convicción.
Elementos como las pancartas y cacerolas me dieron esperanza de que fuese exitoso porque demostraba no solo el carácter reaccionario —impulsado por la indignación y el llamado a la defensa—, sino una organización y premeditación fundamental entre estudiantes que francamente no se había visto en estos últimos años.
La energía en el ambiente era alta. La protesta se movilizó desde el Centro de Estudiantes a la Facultad de Educación y atravesó Humanidades hasta llegar a la Torre. La participación fue constante de principio a fin, con la presencia de profesores, empleados no docentes y figuras políticas del Movimiento Victoria Ciudadana junto con los estudiantes.
Ante este edificio emblemático, con una concentración de cuerpos vociferantes y motivados a defender la integridad de la Universidad y todos los que forman parte de ella, hubo un momento donde me pregunté si estaba llegando a su conclusión; ya estábamos frente a la Torre: ¿cómo se iba a proseguir? Respondiendo mi pregunta, y con un aire de manifestación, marchamos hacia las afueras del recinto. El piquete llegó a la calle.
¿Dónde está Ferrao?
Ferrao no está aquí.
Ferrao está vendiendo lo que queda del país.
La interrupción momentánea del tránsito, que llevó a la presencia de la policía, y los carros que pasaban tocando bocina en solidaridad conformaron el escenario de este momento que no iba a pasar desapercibido. Los medios noticieros siempre estuvieron presentes, pero estos no fueron los únicos elementos que le demostraron a todos los presentes que los ojos están en la UPR y que “la IUPI da candela” no es solo una consigna del pasado.
Con múltiples sectores ya involucrados, queda ver si esto se extenderá al resto de la comunidad universitaria y a aquellas organizaciones estudiantiles y facultades que no se han expresado. El Movimiento Estudiantil, al igual que todos los dispuestos a defender la UPR, tiene que llegar a la opinión pública. Se discute realizar plenos, asambleas, y más. Se espera que esto no quede en planes y que las próximas acciones sean fructíferas.
Hay que llegarle al resto de la universidad; aunque hubo una gran cantidad de gente en el piquete y en el pleno, no solo pueden ser estas personas. Sí, hay movimiento en las redes sociales, pero al hablar con otros estudiantes he observado que hay divisiones muy marcadas entre quienes han aportado y quienes no. La lucha para defender la Universidad va más allá de ideología política, más allá de si tu facultad se ve afectada o no.
Es cuestión de movilizar las organizaciones estudiantiles, las facultades y el cuerpo estudiantil para que se logren las metas y demandas que se están proponiendo, como la exigencia de autonomía universitaria, una baja en el costo de matrícula, la restauración y reapertura de residencias estudiantiles, al igual que la remoción de Ferrao.
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Cristina E. Trejo López es estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.
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