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Discurso de la presentación del libro Puerto Rico y la catástrofe capitalista: Manifiesto Ecosocialista

Sebastián Castrodad Reverón



Nota bene: Este texto fue leído durante la presentación del libro Puerto Rico y la catástrofe capitalista: manifiesto ecosocialista celebrada el 14 de diciembre de 2024 en Eco Trayecto, Aguadilla.


Antes de presentarles este hermoso manifiesto, una cajita de herramientas calibradas perfectamente para el uso en nuestra sociedad boricua, quiero situarnos un poco en (lo que estoy seguro que muchos de ustedes conocen y padecen) el contexto ambiental del 2024.


Un minuto de silencio por las 6 o 7 especies que se extinguieron en la última hora. 


Todos los días desaparecen de esta tierra, de la galaxia, del universo por lo menos 150 especies. Para los que no se han enterado, estamos en la sexta extinción masiva del planeta. 


Lo peculiar de esta es que es la primera causada por nosotros, lxs humanos, pero particularmente causada por el nuestro modo de relacionarnos económicamente, la sexta extinción masiva es causada por el capitalismo.


El futuro está colonizado. 


Y no, no lo digo como una metáfora. 


El futuro, ahora mismo es una colonia. Es un espacio temporal. Lo endeudan, se reparten la buena vida entre los multimillonarios y reservan el sufrimiento para todo el resto del mundo que no pertenece a esas élites, a ese 1%; a esa oligarquía que se ahorra la democracia con los espectáculos cuatrienales.  


También usan el futuro de basurero. ¡Pero no cualquier basurero! Este es especial. Lo llenan de desastres climáticos, lo llenan con los cuerpos de quienes moriremos en las décadas venideras de este siglo 21 a causa del cambio climático, a causa de las políticas de austeridad, a causa de la cancelación de beneficios, a causa de las guerras, las pandemias y además llenan el futuro de plástico, de fuego y de sangre. 


Suena como metafísica, pero la ciencia habla, y esto es un escenario muy probable si nada cambia. En menos de 100 años la temperatura habrá subido en promedio 3 grados centígrados. Y esto es sin ajustar las predicciones a las consecuencias climáticas de la fiebre de las guerras imperialistas que en este preciso instante explota bombas que evaporizan cuerpos.


Trata de imaginarte el mundo como se vería en 75 años.


Si eres como yo, vemos que el futuro tiene una densa capa de humo que lo encubre. Si seguimos al paso de estos últimos 500 años, el futuro olerá a quemado; las lágrimas de la humanidad se escucharán cayendo en seco sobre el plástico que flota cubriendo el mar. Nos expropian del futuro. O como dijeron en el chat de Ricky: “I saw the future, it was wonderful. There [are] no puertorricans.” 


En los pasados 500 años, desde que el capitalismo nació, desde el pecado original del capitalismo, que fue la expropiación original a los campesinos de sus tierras y a los indígenas de sus mundos, hemos llegado a un cuchillo, un cuchillo que divide la calle que juntos andamos en el tiempo. Nos tocó la pesadísima responsabilidad de decidir hacia dónde damos el próximo paso.


El presente, hoy, nuestras vidas enteras son un momento crítico. El futuro depende de nuestra decisión colectiva, como habitantes del planeta, del Caribe y de Borinquén. ¿Escogeremos un destino fértil? ¿O será el valle de nuestra muerte, de la muerte de millones y millones de personas en un mundo que se sobrecalentará por 3 grados centígrados? 


El manifiesto dice que “el capitalismo quiere que nos acostumbremos y adaptemos a sus desastres.” Aquí eso lo vivimos en carne propia. Lo vemos todo el tiempo. El desastre se ha convertido en nuestra condición colonial. 


500 años de capitalismo y la humanidad entera se encuentra en el borde de un precipicio. 


500 años de capitalismo y vivimos el inicio de la sexta extinción masiva. 


500 años de capitalismo y, como poco, se extinguen 150 especies al día, ¡AL DÍA! O… en cierta medida, las extinguimos.


500 años de capitalismo y, aunque aprendimos a producir comida para las 8 mil millones de personas en el planeta, casi el 30% por ciento de la humanidad no tiene seguridad alimentaria, y una de cada nueve personas pasa hambre.


En el mundo 1 de cada 3 niños está malnutrido. 


500 años de capitalismo y nuestros océanos van en colapso, nuestras playas desapareciendo, nuestros ríos secándose y la calor, ay, ni te hablo de la calor. Pero hace 25 años no era tan horrenda.


Está clarísimo, clarinete, transparente que hoy estamos estamos en el borde del precipicio ambiental montados en una guagua sin frenos, con chofer y copiloto, o los capitalistas y sus gobiernos en ruta derecha, derechita al abismo. El chofer y el copiloto van borrachos de sus propios excesos, acostumbrados desde siempre a guiar sin importarles en lo mínimo la dignidad, la seguridad y, en este caso, el futuro de la humanidad.


¿Y qué pasa cuando vemos esto? No sé tú, pero yo no puedo dejar de pensar en esto. Me distraigo, obvio, pero es una realización tan grande que ocupa siempre una línea de pensamientos en mi mente. Imagino que nos pasará a muchos igual. Entonces nos hacemos esta pregunta:


¿Qué podemos hacer? ¿Cómo salimos de aquí? ¿Cómo rescatamos nuestro futuro?


Pues para eso les invité hoy. Nada muy ambicioso. (Jaja) 


Pero primero quiero reconocer al montón de ustedes que llevan dando lucha y candela para mejorar las condiciones de vida en Puerto Rico, protegiendo el ambiente a la gente; las gracias se las doy ahora y les comunico los agradecimientos de las futuras generaciones que cohabitarán el planeta con nosotros.


Siento que son personas fértiles para parir futuros y que juntxs podríamos darle forma a una existencia radicalmente caribeña, solidaria, repleta de belleza, de ocio y de salud. En paralelo a los esfuerzos indispensables, ya en marcha, de apoyos mutuos, de colectivas que defienden sistemas ecológicos, de quienes ponen sus cuerpas para defender lo común, las playas, los ríos, en armonía con la amalgama de luchas y potenciado por ellas, reconocemos que todo lo injusto y desastroso que buscamos remediar en el archipiélago y en el mundo, surge desde la misma raíz: la lógica de la acumulación capitalista.


Es desde aquí que quiero presentarles el libro/manifiesto de Democracia Socialista, organización de la cual soy miembro: Puerto Rico y la Catástrofe Nacionalista: Manifiesto Ecosocialista.


“El mundo está en llamas y Puerto Rico es parte del mundo” Así empieza el manifiesto. Pero les quiero proponer también que este manifiesto está prendido en fuego. Leerlo quema, pero es una quema controlada, es una quema para la regeneración, para renutrirnos y de una vez por todas acabar con el miedo que nos han martillado ante la mera mención de la palabra "socialismo".


También está prendido en fuego por que puede usarse para quemar, para luchar, para desmantelar el estado capitalista, para quemar los velos de las ilusiones con las que nos mantienen en fila. Una de mis favoritas siendo el mito de la democracia. Son tan buenos haciéndonos creer que vivimos en una democracia, pero vivimos en un mundo que todo está fuera del control colectivo, poncha entrada en el trabajo y tienes que obedecer. Algoritmos financieros deciden qué se sobreproduce y qué no, y de repente vivimos en un mundo en donde prefieren producir bombas y jets en vez de centros y servicios de salud pública. 


Les propongo que se lean el libro, pero más que eso, que lo usen como herramienta para seguir organizándonos hacia el futuro que tenemos que soñar en corilla. 


El manifiesto está dividido en 16 partes. Recuenta historias, analiza las estructuras que nos dominan, conecta luchas. Es un buen recurso para educarnos políticamente; para trazar un camino hacia la victoria que aunque a veces parezca imposible, hay que ser realistas y lograr lo imposible, haciendo eco de las palabras del Che.


Hay secciones que nos ayudarán para desmontarle los argumentos a los feligreses de la “libertad económica”. También nos ilustra las dinámicas del capitalismo colonial y sus consecuencias ambientales.


Y, ante todo, nos explica cómo el ecosocialismo es un proyecto político económico que busca reparar nuestra relación con la naturaleza a través de un modelo vital que nos permitirá ser dueños de nuestro tiempo, de nuestra labor, de nuestra energía vital, garantizando “las condiciones materiales para una vida plena a todos los seres humanos”.


  1. Crisis Climática

  2. La inacción de los gobiernos y sus causas

  3. La acumulación sin límites

  4. A costa de la gente, además del ambiente

  5. La alternativa ecosocialista

  6. El reto climático

  7. Libertad económica ¿para quién?

  8. Objeciones

  9. El capitalismo colonial

  10. Consecuencias ambientales

  11. Luchas ambientales

  12. La crisis del capitalismo colonial

  13. La junta de control fiscal

  14. Males que se acentúan

  15.  Puntos de partida

  16. Acción política

  17. Una actualización necesaria

  18. No hay tiempo que perder


Para más información sobre el Puerto Rico y la catástrofe capitalista: manifiesto ecosocialista visita https://manifiestoecosocialista.pr/.


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Sebastián Castrodad Reverón es documentalista, poeta y fotógrafo radicado en Moca, Puerto Rico, natural de San Juan.

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