Por Jesús Manuel Cabrera Cirilo
"A nivel inmediato significa que la educación obrera no puede limitarse a lo que tradicionalmente se considera como “educación sindical”. Además de los temas propios de la organización de sindicatos y la negociación y administración de convenios colectivos, la educación obrera debe incluir un componente de formación en cuanto al funcionamiento de la economía capitalista en nuestra sociedad. Solo de esta manera podrán los trabajadores comprender las razones de su explotación, la forma en que los patronos se enriquecen a sus costillas y comenzar el proceso de desarrollar su conciencia de clase"
- Carlos Quirós
A modo de introducción
La situación del mundo contemporáneo es sumamente complicada y contradictoria. Hemos sido testigos de cómo el capitalismo – en su fase neoliberal – continúa transformado la existencia de los seres vivos que comparten el planeta. La destrucción masiva de los recursos naturales está acelerando el colapso de los ecosistemas que sustentan la vida terrestre. Son innumerables las especies que cada año son exterminadas por la depredación humana; la barbarie del modo de producción ha convertido el globo terráqueo, y sus habitantes, en un artículo mercadeable.
La situación de las personas que sobreviven vendiendo su fuerza de trabajo no sólo ha empeorado, sino que ahora están menos protegidas. La agresiva arremetida contra los derechos laborales, adquiridos de las luchas sindicales de principios del siglo XX, ha encarecido y precarizado el mundo asalariado. Además, la situación de la gente que subsiste de la informalidad, “ilegalidad” o de las ayudas estatales se ha pauperizado extraordinariamente por el desmantelamiento de las instituciones públicas y la privatización de los servicios sociales [1]. En efecto, la brecha entre la clase trabajadora y la desempleada se difuminó, demostrando así que tener empleo en estos tiempos no asegura el sustento individual y menos aún familiar. En pocas palabras, la explotación capitalista ha generado una devastadora división social que separa, cada vez más, a ricos de pobres.
En ese sentido, el Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras (SPT) ha reconocido que en Puerto Rico el neoliberalismo-colonial empuja el desarme del Estado para pagar los costos de la “deuda”. Para lograr sus objetivos, la avanzada privatizadora está llevando a cabo una persistente agresión contra los derechos laborales, pues según alguno/as, son un limitante para mantener la competitividad y atraer inversiones. En fin, las protecciones que aún sobreviven son hoy el blanco del capital en general y del financiero en particular. Dicho eso, y en respuesta a todo lo antes mencionado, el liderato de la organización entendió la urgente necesidad de atender la situación imperante en tres frentes: electoral, síndico-organizativo y político-formativo.
El primero estuvo dedicado a la construcción de una alternativa político-partidista que pudiera enfrentar a los que han dominado el escenario gubernamental por décadas. Los esfuerzos quedaron plasmados en el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), el cual, tuvo un destacado desempeño en las elecciones del 2020 al colocarse como el tercer partido más votado [2]. El segundo se distingue por el esfuerzo de continuar ampliando la base del SPT, por medio del fortalecimiento del componente organizativo; esto, con la finalidad de tener un equipo capaz de identificar, investigar y acceder aquellos talleres potencialmente organizables [3]. En resumidas cuentas, lograr campañas más efectivas intentando superar los límites que impone la legislación obrero-patronal actual. El último de los flancos está siendo abordado con un programa formal de educación; o sea, una Escuela de Formación Política y Sindical que tiene como distintivo estar estructurada en niveles, cada uno con metas y contenidos específicos. Sobre este componente es que estará centrado el siguiente escrito; en él expondremos, entre otras cosas, los fundamentos que la sostienen, los contenidos de cada nivel y la descripción de cómo la montamos.
Finalmente, este ensayo tiene varias intenciones, entre ellas, la de documentar y exteriorizar lo que estamos realizando para, de alguna manera, aportar a otras tantas iniciativas. Sin embargo, la principal motivación es responder al llamado que hace más de una década hizo el licenciado Carlos Quirós (2006) cuando afirmó que para “masificar la educación obrera clasista” era fundamental: “garantizar la creación y fortalecimiento de estructuras permanentes de educación obrera a nivel de cada uno de los sindicatos” (Quirós, 2006, pág. 92). Sobre esta urgente exhortación, anclamos la propuesta pedagógica de nuestra colectividad.
Fundamentos que sostienen la Escuela de Formación Política y Sindical del SPT
Antes de comenzar con el tema, nos gustaría dejarle saber a los/as lectores/as que todo lo que viene ocurriendo en el sindicato no es casualidad sino parte de la dura, pero fructífera y necesaria, autocrítica. Aunque desde hace varios años se venía reflexionando sobre la necesidad de asumir, formalmente, la conciencia de clase de nuestra matrícula, no fue hasta el 2021 [4] que se creó el Departamento de Política y Formación Sindical. Sobre esta novel dependencia, recayó el manejo de los asuntos relacionados a la educación y acción política institucional [5].
Entonces, lo primordial es poder pensarnos como un colectivo que tiene una identidad históricamente determinada por muchas contradicciones. A pesar de los adelantos y retrocesos, la organización siempre ha mantenido una definida aspiración: empoderar a la clase trabajadora para que tome las riendas de su destino. Tomando como punto de partida esa razón de ser, y los posicionamientos ético-políticos del SPT y la “Service Employees International Union” (SEIU), establecimos la misión y visión de la institución educativa:
Misión
Formar líderes sindicales que aporten y defiendan solidariamente todas aquellas luchas que promuevan una sociedad justa, democrática y participativa.
Visión
Por medio de una consistente y disciplinada educación política, elevar la conciencia de clase para generar respuestas ético-políticas acordes con las metas programáticas del sindicalismo en general y del SPT en particular.
Estos son los lineamientos que nortean los trabajos de la entidad; lo que significa que cada actividad propuesta – cultural, política o recreativa – tendrá que responder a ambas finalidades. Dicho de otra manera, lo que se vaya a realizar no podrá ser el resultado de la improvisación; por el contrario, deberá ser producto de la meticulosa y detallada planificación. Debe ser así, porque un proyecto de esta naturaleza tiene que ser entendido como una inversión a futuro; o sea, que rendirá frutos a mediano y largo plazo.
Educación Popular: una herramienta socio-pedagógica para el sindicalismo
En la sociedad neoliberal, la educación – al igual que la gran mayoría de los servicios públicos y sociales – ha sido transformada en producto de intercambio. El Estado está dejando en manos privadas la enseñanza (primaria, secundaria y universitaria) convirtiéndola – lenta pero radicalmente – en una mercancía inaccesible e innecesaria.
Al convertirse un artículo en venta, solo aquellos(as) que puedan comprarla serán los(as) que accederán a una de mayor calidad. De esa manera, colocando sobre las personas la responsabilidad de instruirse y encargarse de conseguir, individualmente, los medios económicos para sufragar su futuro y si no los consigue, se convierte en un fracaso personal. Tenemos que recordar, que para los/as apologistas del capitalismo el mercado ofrece – natural y espontáneamente – todas las oportunidades para triunfar; “solo hay que esforzarse para lograrlo”.
Así las cosas, podemos decir, que el sistema de educación pública en Puerto Rico se encuentra inmerso en una profunda y grave crisis de sustentación. Es más que clara la intención de los partidos tradicionales, seguir minando todo aquello que represente acceso al conocimiento [6]; en especial, aquel que teóricamente promueve y ayuda a cuestionar las bases del poder, la opresión y la explotación. En una frase, que incentiva la emancipación humana como finalidad histórica.
Ante esa realidad, es urgente erigir alternativas didácticas que nos ayuden a contrarrestar los vacíos de la educación mercantilizada. Definitivamente, en tiempos donde predominan los “fake news” y el irracionalismo anticientífico [7] la clase trabajadora necesita, urgentemente, reencontrarse con las armas del pensamiento crítico. Razón por la cual hoy, se hace sumamente necesaria una formación obrera con perspectiva de clase, porque:
“A nivel de contenido, la educación obrera clasista brinda a los trabajadores los instrumentos para que puedan analizar y criticar el funcionamiento, no sólo de la sociedad sino también de sus organizaciones y de sus luchas. De esta manera, la educación obrera clasista es, por definición, profundamente subversiva, pues somete a la crítica y autocrítica toda la gestión humana, sea de los patronos o sea de los propios trabajadores. Quizás por esta razón, en algunos sindicatos en que predomina un liderato autoritario y caudillista, se ve con malos ojos el que los trabajadores se eduquen”. (Quirós, 2006, pág. 92).
Pero para que haya una masa obrera políticamente subversiva, como señala Quirós (2006), hay que ofrecerle, las herramientas teóricas que le puedan ayudar a reflexionar sobre las raíces de las presiones que enfrentan en su vida cotidiana. Por medio de la crítica y la autocrítica, es que esos sujetos históricos podrán convertirse en vanguardia social; por lo tanto:
“En términos de su forma, la educación obrera clasista también debe ser democrática. No podemos ni debemos copiar los esquemas patronales sobre la educación en los cuales los profesores son unos eruditos que depositan en las cabezas vacías de sus estudiantes el precioso contenido de conocimiento. Muy por el contrario, la educación obrera clasista parte de la premisa de que los trabajadores conocen, y de primera mano, los problemas que nos aquejan. Por tratarse fundamentalmente de una educación dirigida a adultos nos enfrentamos a estudiantes-obreros con una gran riqueza de conocimientos sobre la vida cotidiana, de la explotación en los talleres y de los abusos patronales. Por esa razón, la educación obrera clasista no es equivalente a un depósito bancario en una cuenta vacía, sino que se basa en un intercambio de experiencias en la cual se fomenta el cuestionamiento de la realidad y la búsqueda de soluciones”. (Quirós, 2006, pág. 92).
La educación de clase debe romper con las lógicas opresivas que se fomentan desde la docencia tradicional; esto quiere decir, técnicas que promuevan la construcción del conocimiento democrática y horizontalmente (Quirós, 2006). Hay que fomentar un ambiente de aprendizaje donde se respete la diversidad en todos los sentidos, la participación, la solidaridad y el debate respetuoso, entre otras cosas.
Por todo lo anterior, entendemos que las metas programáticas de nuestra Escuela sólo podrán concretizarse, rescatando y actualizando estrategias que funcionaron en el pasado; nos referimos, evidentemente, a la Educación Popular. Decimos rescatar porque, desde nuestro punto de vista, hace algún tiempo que este modelo socio-educativo fue dejado de lado por los movimientos sociales en Puerto Rico. Eso, aun cuando fue un arma política bastante utilizada, y efectiva, en toda Latinoamérica durante las décadas de los 70’s y 80’s del siglo XX. En la actualidad, solo algunas organizaciones y proyectos comunitarios [8] la ponen en práctica para concienciar y organizar a sus residentes.
Hay varios rasgos que distinguen la Educación Popular de otras ópticas didácticas; el más distintivo – e indudablemente el más importante pues determina que los demás elementos funcionen armónicamente – es el papel que ejerce el o la educador(a). En las lógicas convencionales, los(as) maestros(as) actúan en función de la dicotomía que genera el poder del “saber”; en palabras de Paulo Freire (2012):
“En la visión “bancaria” de la educación, el “saber”, el conocimiento, es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes. Donación que se basa en una de las manifestaciones instrumentales de la ideología de la opresión: la absolutización de la ignorancia, que constituye lo que llamamos alienación de la ignorancia, según la cual ésta se encuentra siempre en el otro. El educador que aliena la ignorancia se mantiene en posiciones fijas, invariables. Será siempre el que sabe, en tanto los educandos serán siempre los que no saben. La rigidez de estas posiciones niega a la educación y al conocimiento como procesos de búsqueda”. (Freire, 2012, p. 62).
Según Freire (2012), los espacios formales (bancarios) engendran la diferencia entre los(as) que poseen información (sujetos activos) y los(as) que “no disponen” de ella (sujetos pasivos). El primer grupo ostenta – como se había expresado – una posición de poder, por lo mismo, el dominio; obviamente, el segundo ocupa el de la subordinación. Esa conservadora concepción desconoce que la clase trabajadora vive diariamente experiencias únicas y ricas en contradicciones; dicho sea de paso, contradicciones que, al mismo tiempo, crean las posibilidades de su superación.
Dentro de la racionalización popular, el rol del educador o educadora se traslada de un posicionamiento autoritario al de un(a) posibilitador(a) de procesos: “En ese sentido, el educador sindical, más que un educador es un facilitador en una experiencia educativa grupal que promueve el desarrollo de la conciencia en sus compañeros de clase quienes, coyuntural y accidentalmente resultan ser sus estudiantes” (Quirós, 2006, pág. 92). El ejercicio pedagógico se convierte en una mediación entre los saberes históricamente acumulados (científicos) y los vivenciales (prácticos) de los/as participantes. De ese encuentro entre saberes, surgirá una síntesis cognitiva que ampliará la cosmovisión de ambas partes.
Considerando la misión-visión de la Escuela, y desde un posicionamiento de lo popular, entendemos que la columna vertebral del proyecto debe ser un ofrecimiento en la modalidad de curso [9]; es decir, como un conjunto de actividades orgánicamente relacionadas, divididas en niveles y con metas específicas. No obstante, nada de lo que a continuación presentaremos está escrito en piedra; todo lo contrario, el ofrecimiento de la Escuela siempre será evaluado, ampliado y adecuado a los requerimientos de la cambiante realidad.
Para cerrar, una característica esencial de cualquier programa educativo tradicional es el galardonar a las personas que completan los requisitos del plan de estudio. Nosotros/as reconocemos la importancia de esto, pero lo visualizamos de otra manera: como un refuerzo positivo de motivación. En consecuencia, una vez al año, realizaremos un acto de “graduación” donde haremos entrega de los certificados que acrediten el esfuerzo realizado.
Los niveles y sus contenidos
Desde un principio, el Comité [10] encargado de concebir los objetivos, la estructura y los tópicos a ser tratados en la Escuela, visualizó el proceso didáctico de manera escalonada (básico, intermedio y avanzado). Para cada uno de los escalafones establecieron unos tópicos generales, pero también los perfiles ideales de las personas que podrían participar en cada uno de ellos; de cierta manera, priorizando aquellos/as que tenían conocimientos o experiencias políticas previas.
Ese formato nos pareció que estaba enfocado en el fortalecimiento de los liderazgos establecidos, pero dejaba fuera la posibilidad de crear nuevos, ya que, se centraba en las necesidades particulares y no necesariamente colectivas. De hecho, esa conceptualización limitaba la posibilidad de aprender, profundizar y crecer grupalmente. Por tal razón, y para superar esa contrariedad, decidimos reformular la idea original sustituyendo la centralidad del perfil por la de los contenidos.
En tal caso, entendemos la estratificación como una manera de reconocer que las materias a ser discutidas tienen diferentes complejidades históricas y teóricas. Ante esa realidad, la estrategia de enseñanza está configurada de manera descendente: de lo general a lo singular. Como veremos a continuación, a medida que los(as) participantes vayan completando las diferentes etapas, así mismo, irán encontrando mayores retos intelectuales.
Cada una de las nivelaciones está enfocada en aspectos morfológicos de la sociedad capitalista en su devenir histórico. Este será el telón de fondo para abordar, conjuntamente, cuestiones transversales (“problemas sociales”) desde un punto de vista crítico de los Derechos Humanos. La idea es hacer una lectura genética de los dinámicos cambios económicos, políticos y sociales en la modernidad.
Nivel Básico: Génesis del capitalismo, historia del movimiento obrero y fundación del SPT
Este primer momento tiene una clara intención: fortalecer la identidad gremial y la conciencia de clase por medio de la apropiación de nuestra historia. Eso quiere decir, destacar prioritariamente el sentido de colectivo históricamente organizado; lo que significa, reconocer que el SPT es una entidad que surgió como respuesta a un contexto social específico dentro del desarrollo del capitalismo-colonial. Esto es necesario, para que la matrícula comprenda que sus actuales desafíos son, de igual manera, producto de antagonismos (internos y externos) propios del movimiento obrero en términos generales.
En este espacio, son tratados los siguientes temas: transición del feudalismo al capitalismo, Revolución Industrial y sus efectos socio-ambientales, características de los primeros movimientos organizados de la clase trabajadora, imperialismo, colonialismo, invasión norteamericana y el nacimiento del sindicalismo en Puerto Rico. En términos temporales, podríamos establecer que abarca desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XX. Aunque aparenta ser mucho material, la manera de presentar los asuntos – amena, sencilla y divertidamente – hace que puedan ser comprendidos por cualquier persona sin importar que anteriormente no haya tenido contacto directo con este tipo de información.
Este es el punto neurálgico del plan de estudios porque está destinado a confrontar a los/as participantes con tópicos difíciles, pero fundamentales para comprender el funcionamiento de las relaciones de producción y sus repercusiones para el planeta. Pero más importante aún, ésta es la experiencia que debe sentar las bases para que, aquellos(as) que así lo deseen, puedan pasar a la próxima etapa y así sucesivamente. Por consiguiente, el curso está compuesto de dos reuniones cada una de ellas, a su vez, consta de seis (6) horas para un total de doce (12) horas contacto.
Nivel intermedio: Crisis capitalista y sindicalismo en Puerto Rico
En esta ocasión, serán retomados temas del nivel anterior pero tratados con mayor detenimiento y profundidad. Esta vez, los/as estudiantes estarán expuestas/os a conceptualizaciones de la economía política. En particular, nos interesa trabajar las crisis capitalistas como parte genética del modo de producción y las respuestas que desde el movimiento obrero surgieron ante ellas. En tal caso, nos centraremos en la historia de Puerto Rico desde la Primera Guerra Mundial hasta la Guerra Fría. Estos encuentros tienen la particularidad de pretender ubicar las luchas sociales de Puerto Rico en un contexto global.
Al igual que en el básico, este curso está compuesto de dos reuniones de seis (6) horas cada una para un total de doce (12) horas contacto. A diferencia del anterior, donde la estrategia pedagógica era más visual, acá hay asignadas lecturas sencillas para reforzar las discusiones. Con este cambio, intentamos incentivar la lectura de cuestiones históricas, teóricas y políticas.
Nivel avanzado: Capitalismo-neoliberal y situación actual del sindicalismo en el hemisferio
Llegados(as) a esta última etapa, los(as) alumnos(as) deben poder analizar los asuntos contemporáneos gracias al conocimiento histórico y teórico-conceptual aprendido. Por ejemplo, tendrán las herramientas crítico-analíticas para entender que el capitalismo es una reciente creación humana que, así mismo, puede ser superada. Además, que tiene constantes crisis causadas por la desregulación de la producción mercantil; inestabilidades que fomentan las guerras intra-imperialistas por el dominio de los limitados recursos naturales.
En esta oportunidad, estudiarán el neoliberalismo como estrategia de la burguesía para resolver los desequilibrios del sistema económico. Para decirlo de otra manera, visualizar la contemporánea coyuntura como la más reciente fase del capitalismo desarrollado. De igual modo, nos interesa abordar las respuestas que desde el sindicalismo se han concretizado para resistir el embate neoliberal en los diferentes países de la región.
Al contrario de los precedentes niveles, éste consta de 6 horas diarias en tres secciones para un total de dieciocho (18) horas contacto. Estos días se convertirán, mayoritariamente, en círculos de estudios donde estarán siendo discutidas lecturas asignadas de antemano. Otra actividad que será parte del proceso es la de poner en contacto a los/as estudiantes con otros/as sindicalistas de Latinoamérica para discutir con estos(as), tanto las similitudes como las disparidades entre los países. Con esto, seguiremos vigorizando las habilidades de análisis crítico, trabajo en equipo, liderazgo y solidaridad entre la clase obrera internacionalmente.
¿Cómo hemos construido la Escuela?
En las secciones previas, expusimos las motivaciones, los fundamentos teórico-filosóficos y los grados que capitanean el rumbo del recién fundado organismo sindical. Entendemos que ahora es indispensable, para que se tenga el panorama completo, explicar el cómo lo hicimos; obviamente, estamos hablando de la dimensión práctica de la Educación Popular.
Para dar comienzo, es de suma importancia mencionar que la conceptualización de la Escuela pasó por varios ciclos y cada uno de ellos tuvo sus particulares exigencias. La primera, ya la habíamos mencionado, constó de la reevaluación de la propuesta original preparada por el Comité encargado de dicha tarea. En ese periodo, fue cuando tomamos la decisión de mantener la continuidad por fases; además, pensamos los tiempos, los pilares filosóficos, los objetivos (visión y misión) y las materias que cada escalón englobaría. Eventualmente, redactamos el documento preliminar y lo presentamos ante la dirección del sindicato junto al plan de trabajo semestral [11]. Luego de ser aprobado el borrador, pasamos a la segunda parte, la cual se distinguió por la articulación de todo el material escogido para el básico (dinámicas grupales, videos informativos e imágenes) en una presentación genérica.
Aun así, el período más complicado fue el tercero, cuando intentamos comenzar la implementación y experimentación del nivel básico que es, a fin de cuentas, el más importante porque estableció el formato metodológico a ser utilizado. Aquí nos percatamos que los días de reuniones debían ser adecuados a las particularidades de los compromisos sindicales. En un principio, habíamos estipulado que serían tres días consecutivos, sin embargo, fue difícil establecer dicha temporalidad por cuestiones de logística: la imposibilidad de separar a las(os) asistentes tantas fechas seguidas de sus labores. Debido a lo cual, tuvimos que replantear la planificación para adaptarla a los quehaceres del grupo. Si bien es cierto que el cambio resolvió el inmediato problema, también trajo consigo otros retos, entre ellos: administrar una mayor cantidad de información por día, redistribuir el tiempo dedicado a cada tema y manejar las demandas (físicas y mentales) que conlleva para el facilitador(a) tantas horas corridas de adiestramiento [12].
La cuarta, y última, estuvo dedicada al análisis crítico de lo realizado; para hacerlo, utilizamos como fuente las evaluaciones que el colectivo hizo individualmente [13]. De la ponderación se desprende que la manera utilizada para presentar los temas, pese a la complejidad, fue sumamente efectiva.
El avalúo reflejó, además, que pudimos captar el deseo de continuar escalando en el programa; en suma, comprobamos la tesis de que los datos históricos y teóricos, si son presentados de manera sencilla y entretenida, pueden ser comprendidos sin importar el trasfondo educativo de las personas. Este punto es importante, porque confirma que por medio de la Educación Popular la clase trabajadora podría manejar asuntos discutidos, exclusivamente, por un selecto grupo “intelectual” en los espacios universitarios.
A modo de conclusión
Son muchos los puntos que podríamos resaltar de lo transcurrido, pero el más sobresaliente es el esfuerzo colectivo dedicado a este proyecto. Deseamos recalcar la belleza del trabajo en equipo, pues fue esto lo que distinguió el camino recorrido. En efecto, cada uno de los desafíos que surgieron fueron superados gracias a la aportación, y el apoyo del “staff” del sindicato; en diferentes momentos, y de diversas maneras, cada uno/a colaboró para que el producto final fuese de excelencia. Ese hecho quedó demostrado con el interés prestado y las constructivas observaciones hechas antes, durante y después de cada reunión. Vale la pena indicar, que las recomendaciones, al ser incorporadas, transformaron la presentación en una mucho más comprensible y accesible a cualquier público.
Resulta claro, que el personal compró la idea que desde un inicio le estuvimos vendiendo: lo importante que era ser parte de la fundación de un proyecto sindical históricamente trascendental. Es indudable, que el grupo aceptó el reto de hacer suya esta iniciativa. Si fuésemos a utilizar una palabra para calificar lo sucedido sería: cooperativo.
Para finalizar, en el Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras sabemos que la coyuntura capitalista-colonial es sumamente compleja y que, para resolver los grandes problemas actuales, necesitamos aportar desde todos los espacios posibles. Ante tales retos, nosotras(os) estamos dando un paso al frente – posiblemente el más difícil de todos – proponiendo una alternativa que combina “viejas estrategias” con nuevas tecnologías. Estamos convencidas(os) de que es hora de empezar a transformar el presente, comprendiendo el pasado, pero pensando las oportunidades del futuro.
Notas
[1] Con esto nos referimos, al traspaso que ha hecho el Estado colonial de sus responsabilidades a eso llamado “Tercer Sector” quien es ahora el que está asumiendo, en pedazos autónomos y sin ninguna relación entre sí, la atención de los “problemas sociales”. Para entender a profundidad este tema y su relación con el neoliberalismo se recomienda la lectura de: Montaño (2003).
[2] Lo más importante de todo este esfuerzo, fue que tanto empleados(as) como unionadas(os) estuvieron participando como candidatos(as) a puestos electivos en representación del MVC. Esto en sí, es un hecho históricamente trascendental porque posiblemente hace décadas que sindicalistas no se postulaban a posiciones gubernamentales.
[3] Este fortalecimiento rindió frutos inmediatamente consiguiendo un logro importantísimo cuando el pasado miércoles 6 de julio de 2022, el equipo de organización logró por amplia mayoría sindicalizar – a pesar de continua interrupción y dilatación de los procesos por parte del dueño de la empresa y sus abogados – a los(as) empleados(as) de la compañía de limpieza OSDBJV2 del Hospital de Veteranos.
[4] Esto ocurrió durante un encuentro – tipo retiro – que se llevó a cabo los días 8 y 9 de abril de 2021 en el Hotel Verdanza de San Juan; allí, el cónclave estipuló que el sindicato debía invertir recursos (económicos y humanos) para reforzar la dimensión ideológico-política de la matrícula. En esa reunión, también, se abordaron otros temas y se tomaron decisiones importantes para el futuro del SPT. Las personas reunidas allí fueron: Diana Rosas, Karen De León, Reinaldo Colón, Edna Vázquez, Meralys Rosario, Manuel Rodríguez Banch, Javier Rodríguez, Roberto Pagán, Keila Coss, Israel Marrero, Josué Montijo, Héctor Rosario, Armando Santiago, Manolo Coss y Norma I. Jiménez.
[5] La responsabilidad de dirigir la nueva dependencia sindical quedó en manos de la que era la segunda vicepresidenta y hoy la primera: Karen De León.
[6] No es casualidad, que este proceso de desarticulación institucional se refleje tanto en las condiciones estructurales y físicas donde se atiende el estudiantado como en las laborales de todo el personal escolar. También, en los recortes a la Universidad de Puerto Rico en general y en las Ciencias Sociales y Humanidades en particular.
[7] Hay muchos ejemplos de este irracionalismo anticientífico, pero se destacan tres: el terraplanismo, el Quanon y los antivacunas. El primero está compuesto por un sinnúmero de “teorías” basadas en el pensamiento medieval de que la tierra es plana y el centro del universo. Dicho planteamiento, fue defendido, incansablemente, durante siglos por la Iglesia Católica. Hay una corriente un poco más “arriesgada y original” que asegura que no solo es plana, sino que, además, está cubierta por una cúpula bajo la cual están el sol y todos los planetas. El segundo, se refiere a un movimiento de extrema derecha en EE. UU. que promueve la idea de que hay una serie de personas, mayormente relacionadas con el progresismo dentro del Partido Demócrata, que tienen el poder real dentro del país. Según los(as) seguidores(as) aseguran que ese grupo promueven la pedofilia, el satanismo, el control de la natalidad y el tráfico de personas. Los terceros, argumentan, entre otras cosas, que el COVID 19 es un arma biológica para controlar a la población mundial y que las vacunas están hechas para alterar el ADN de la humanidad. Lo interesante de todas las teorías de conspiración es que se difunden, casi exclusivamente, a través de las redes sociales.
[8] El trabajo realizado en las comunidades del Caño Martín Peña en San Juan es un ejemplo de esos lugares donde se continúa utilizando para empoderar a los residentes.
[9] Decimos la columna vertebral, porque es la centralidad y la continuidad de la Escuela, pero no será lo único que haremos. También estaremos realizando actividades para la comunidad en general con diferentes tópicos.
[10] El mencionado Comité fue producto de la planificación estratégica realizada en el Hotel Verdanza. El 27 de abril, se reunió por primera vez el Comité Interino de la Escuela, los integrantes fueron: Manuel Rodríguez Banchs, Javier Rodríguez Flores, Josué Montijo Rodríguez y Karen De León Otaño.
[11] Seguimos recalcando lo importante de la planificación, por eso los planes y las evaluaciones serán semestrales para poder manejar y aprovechar al máximo el tiempo. En ese plan, determinamos los grupos que serían impactados, el tamaño y las fechas. Para que podamos alcanzar una estrecha cohesión entre los/as participantes establecimos que los grupos ideales serán aquellos que no excedan de doce personas por adiestramiento.
[12] Este asunto lo vamos a resolver con el adiestramiento de un grupo de empleados/as para que puedan apoyar las actividades.
[13] Para recoger la información, el equipo de comunicaciones hizo un documento digital que era completado luego de finalizado cada encuentro.
Trabajos citados
Freire, P. (2012). Pedagogía del Oprimido. Madrid, España: Siglo XXI.
Montaño, C. (2003). Tercer Sector y Cuestión Social: Crítica al Patrón Emergente de Intervención Social. São Paulo, Brasil: Cortez Editora.
Quirós, C. (2006). "Educacion Obrera Hacia el Siglo 21". En E. Pérez, 100 Años de Sindicalismo Puertorriqueno (págs. 89-93). Humacao, Puerto Rico: Ediciones Callejón.
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Jesús Manuel Cabrera Cirilo es Coordinador de la Escuela de Formación Política y Sindical del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras
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